La depresión, una epidemia silenciosa que está matando a mucha gente.

Dicen que la depresión no te quita la alegría, sino la esperanza. Una esperanza de la que depende la vida. La depresión encierra un intenso dolor, el cual se acompaña de tensión y llanto. Y más llanto. Interno y externo.

Es curioso, cuanto más frío hace más nos desnudan nuestros pensamientos. Al fin y al cabo ellos son nuestros archienemigos cuando nos duele el alma. Muchas veces la vida pierde sentido y no nos brindamos la oportunidad de recuperarnos. Esto se acumula haciendo que no podamos ni siquiera apreciar un rayo de sol.

Para superar esto tenemos que darle voz a nuestro interior para vencer ese eco que nos atemoriza porque no sabemos de dónde viene. Esto lo lograremos apoyándonos en nuestros seres queridos y en la ayuda de un profesional.

Cuando el cerebro llora

Los expertos dicen que nuestro cerebro se encuentra más preparado para enfrentarse a la tristeza más que a cualquier otra emoción. De hecho, somos especialmente empáticos cuando contemplamos a alguien triste.

Tenemos la maravillosa capacidad de comprender la tristeza con especial sensibilidad. Entendemos que las lágrimas son una manera de dejar que nuestra alma respire y que nuestro cerebro se oxigene.

También debes esforzarte para abrirte a los demás poco a poco y aceptar su ayuda. Según el especialista Andrew Solomon, cuando se tiene depresión se manifiesta la soledad interior, destruyendo no solo el vínculo con los demás, sino también con uno mismo.

Es importantísimo dormir bien, alimentarnos de manera sana y hacer ejercicio. Además, puede que necesitemos apoyos como la psicoterapia o la medicación si es necesario. Poco a poco iremos recuperando el gusto por la lectura, la música o el deporte, lo cual nos permitirá activarnos y superar este duro proceso.

No obstante, debemos tener muy presente que cada uno de nosotros es diferente, por lo que cómo vivamos y cómo enfrentemos a la depresión también será distinto. De hecho, llegados a un punto óptimo de recuperación, podremos incluso profundizar en ella y valorar lo que nos enseña.

Si tienes cerca de ti alguien asolado por esta enfermedad, es importante no dejarle solo/a. Es clave para su recuperación sentir la presencia de los demás. No es necesario obligarles a hablar o a salir a la calle si no quieren, basta con permanecer a su lado y que sienta nuestro interés.

Recuerda que, aunque la depresión no se cure con amor, sentirse querido por los demás, es de gran ayuda para continuar con la motivación de salir de esa situación.